12-06-2023
La Salida Geológica que ofrece el Geoparque Mundial Unesco de la Costa Vasca es una oportunidad para caminar sobre un libro abierto de 60 millones de años resumidas en una visita de tres horas que nunca olvidaremos. Lo que convierte a este “libro” desplegado entre Zumaia y Mutriku en un tesoro inimitable es su continuidad. Hay muy pocos lugares en el mundo donde la historia de la Tierra se pueda leer con tanto detalle y claridad. Y es una historia fascinante.
Con salida en la oficina de turismo de Zumaia, la aventura que nos espera promete una mañana de descubrimientos en plena naturaleza, ya sea en tierra firme como en en pleno mar Cantábrico. El camino a pie hacia Algorri es una invitación a reflexionar sobre la inmensidad del tiempo. A lo largo de los últimos metros del paseo hacia el mirador nos encontramos con unos paneles informativos que marcan en una línea de tiempo los principales hitos geológicos de los últimos 65 millones de años. Pero nada mejor que escuchar a nuestra guía local especializada explicándonos los detalles de estas rocas que registraron la gran extinción de los dinosaurios debido a un gran impacto meteorítico, uno de los mayores calentamientos climáticos de la Tierra y la formación de los Pirineos. Algorri=(h)arri gorri= piedra roja. No me atrevo a describir el color de las rocas que se alzan ante nosotras, porque cada vez que las miras su tono cambia, cada luz hace y deshace su efímera tonalidad y cada minuto que pasa las vuelve diferentes. Cosas del tiempo!
En esta Salida Geológica hemos tenido mucha suerte de llegar justo cuando la marea está en lo más bajo, así, podemos disfrutar de la rasa mareal, la plataforma rocosa que aflora al pie de los acantilados y que acoge a un ecosistema muy complejo que se ha ido adaptando a las particulares condiciones del lugar. Ahí abajo habitan los pulpos, las estrellas, pepinos y liebres de mar. La guía nos comenta que luego bajaremos a la playa de Itzurun para ver sus cuevas… ¡Quizá tengamos suerte y podamos ver algún animal o alga interesante! De momento nos conformamos con ver una réplica de un ammonite que nos enseña Lorea, la guía. Esta curiosa mezcla de caracol y calamar era un animal que habitaba este mar y que ha llegado a nosotras en forma de fósil. Su pariente más cercano es el Nautilus, el molusco cefalópodo que dio nombre al submarino inventado por Julio Verne y que denomina al cercano Centro de Interpretación Geológico de Mutriku que queremos visitar otro día.
Nuestra anfitriona nos sigue informando de que este paisaje que tenemos a nuestros pies y llena nuestros ojos era un fondo marino. Un mar tropical poco profundo lo bañaba todo en el pasado. (“Quizá algún día Euskadi será libre y tropical”, cantaba el mítico grupo Hertzainak… ¡Me acabo de dar cuenta de que ya lo fue!). Aquellos grandes arrecifes de coral forman las calizas de las montañas del interior del Geoparque. La apertura del Golfo de Bizkaia provocó movimientos tectónicos que fracturaron estas plataformas someras y generaron grandes surcos profundos donde se depositó el flysch negro.
La guía nos saca de nuestra ensoñación tropical y, señalando hacia una sutil línea vertical en la pared de roca que tenemos a nuestra derecha y que presenta un color más oscuro, nos da a conocer el lugar exacto en el que se encuentra el límite K/T. Esta es la línea divisoria entre las margas rojizas del final del Maastrichtiense y la secuencia calcárea del Danés, también de color rojizo. El límite se caracteriza por marcar una gran extinción de la fauna marina y por presentar composiciones relacionadas con el impacto de un gran meteorito en Yucatán, México.
Una línea vertical más delgada y oscura en la pared rocosa nos muestra el lugar exacto en el que se encuentra el límite K/T
Subimos hasta la ermita de San Telmo, una atalaya impresionante desde la que admirar ese tozudo unirse y volverse a separar de la tierra y el mar entreverado de verdes, grises, ocres y azules. Este levantamiento de la Tierra ha creado un balcón natural sobre la playa de Itzurun, una de las más bonitas de la cornisa cantábrica. Ya queda menos para bajar y pisar su arena húmeda.
Tras un agradable paseo por la playa en la que descubrimos sus impresionantes cuevas a ras de suelo, volvemos hacia el pueblo porque en el muelle Txomin Agirre nos espera el barco que nos mostrará el Geoparque desde el mar. Una vez embarcados, remontamos la desembocadura del río Urola que nace en el macizo de Izarraitz, una montaña karstica que, como hemos aprendido hoy, una vez fue arrecife tropical, y vemos la otra playa de Zumaia, la de Santiago, con su Biotopo Protegido lleno de dunas. Navegamos ya en paralelo a la costa y admiramos los acantilados, pliegues y calas del Geoparque desde otra perspectiva. Volvemos a ver el límite K/T, la división del tiempo geológico que nos ha enseñado, gracias a su inmensidad, que nuestro fugaz paso por la Tierra está lleno de milagros y maravillas.