Al vaivén de la marea

02-05-2025

Al vaivén de la marea

La primavera ha llegado con un sobresalto a los acantilados de Geoparkea, de los que 14 personas fueron rescatadas al quedar atrapadas allí por la marea. Estas situaciones dejan entrever que muchas de las personas que se aventuran por las rocas desconocen, o no valoran lo suficiente, los ciclos de marea de nuestra costa. Así que, para evitar situaciones angustiosas, vamos a intentar arrojar algo de luz sobre el fenómeno de las mareas.

Para comenzar a entender las mareas decir que los factores principales que las determinan son la fuerza de atracción gravitatoria ejercida sobre las masas de agua de la Tierra por la Luna y el Sol, además de la posición cambiante de esos astros en sus órbitas. En menor medida, existen otros factores determinantes, como la inclinación del eje de la Tierra, la fuerza centrifuga debida a su rotación o la presión atmosférica del momento.

La Luna gira alrededor de la Tierra y cada 7 días se coloca en un cuadrante diferente de esa órbita, como nos muestra el esquema de Al-Biruni. A veces, en fase nueva, la Luna está entre la Tierra y el Sol ensombreciendo totalmente su luz. En el punto opuesto, la Luna recibe la luz del Sol de pleno y la vemos como Luna llena. Si se coloca en alguno de los laterales —en cuadratura— el Sol solo ilumina una cara de la Luna y esta adopta sus fases creciente y menguante. Esa órbita de la Luna es elíptica, con lo que su distancia con respecto a la Tierra no es siempre la misma: en su punto más lejano (apogeo), la Luna está a 407.000 kilómetros de la Tierra, una distancia que se acorta hasta los 356.000 kilómetros en su lugar más cercano (perigeo).

En el caso de la Tierra y su movimiento alrededor del Sol el esquema se repite, aunque el tiempo que necesita la Tierra para recorrerla es de un año. Al comienzo del invierno, en su punto más cercano o perihelio, la distancia entre los dos astros es de 147 millones de kilómetros. Por contra, en el solsticio de junio, la Tierra está a 152 millones de kilómetros del Sol, en su afelio. Durante los equinoccios, la Tierra se posiciona en cuadratura, a una distancia de unos 149 millones de kilómetros.

 

 

Astros alineados o formando ángulo entre ellos, y además posicionados a distancias variables que generan fuerzas de atracción también variables… Las mareas son más potentes (mareas vivas) cuando dos o más astros están en línea y cuando están más cerca; y más modestas (mareas muertas) en los momentos en que esos cuerpos celestes se alejan y forman ángulo entre sí.

Así, dos veces cada mes, la Tierra, la Luna y el Sol se alinean totalmente —en Luna llena y Nueva— y sus fuerzas de atracción sobre los océanos se suman. Son las mareas vivas mensuales. Pero, además, durante los equinoccios, el ecuador de la Tierra y el Sol están en el mismo plano, y eso explica el mayor desarrollo de las mareas en marzo y septiembre. En cuadratura, también dos veces al mes, las mareas serán muertas.

La amplitud de la marea en sitios como en la bahía de Fundy (Canadá) puede ser espectacular y esa diferencia puede alcanzar los 21 metros. Por contra, sobre masas de agua pequeñas o cerradas la fuerza de atracción es mínima y así se explican las casi inexistentes amplitudes de marea en mares como el Mediterráneo.

 

 

En la costa vasca, en los días de mareas más vivas la diferencia de altura entre la bajamar y la pleamar ronda los 5 metros. Por contra, como ha sucedido por ejemplo en los meses de febrero y marzo de 2025, esa diferencia de altura entre las cotas de marea se ha reducido hasta ser de poco más de un metro en unas mareas muy exiguas que se explican por la posición excepcionalmente alejada de la Luna en su órbita. Así, con esas alturas tan cambiantes, lo que día parece una plácida zona donde pasear sin sobresaltos, en otros se convierta en una trampa de la que puede ser difícil salir. De modo que para aventurarse por allí es recomendable hacerlo en una visita guiada como la que ofrece Geoparkea.

Para terminar, decir que existen muchas falsas creencias sobre las mareas, como que las vivas solo se producen en otoño y que las más amplias son en septiembre, alrededor del día de San Miguel. Pues bien, como ya se ha dicho, las mareas vivas se repiten cada mes, las más vivas del año se dan frecuentemente en primavera (como ha ocurrido este mismo año 2025) y en San Miguel solo habrá mareas vivas si la Luna está cerca de sus fases llena o nueva.

 

 

 

Etiquetas: Geología