31-10-2025
La tercera semana de octubre asistimos a las Jornadas Abiertas de la Red Estatal de Geoparques Mundiales, organizadas este año por el geoparque Catalunya Central. Las jornadas, centradas en la educación, la geología y los geoparques, contaron con una amplia representación de centros escolares de Deba, Mutriku y Zumaia, así como profesionales, técnicos y autoridades municipales desplazadas desde el Geoparque de la Costa Vasca.
Creo que hablo en nombre de todo el equipo si digo que fue una experiencia muy gratificante: nos recibieron con los brazos abiertos, nos sentimos como en casa y trajimos la maleta rebosante de buenas ideas, propuestas y experiencias para poner en práctica en el día a día.
En pleno corazón de la montaña de Montserrat — y con más de 150 participantes asociados —, las jornadas han sido un encuentro de referencia en el que nos hemos reunido 18 geoparques del Estado para compartir experiencias, proyectos y retos de futuro. Abiertas a la comunidad educativa y a todo aquella persona interesada, en las jornadas debatimos sobre el papel de los geoparques como motor educativo y herramienta de sensibilización ambiental, especialmente en lo que se refiere a la ciencia, la sostenibilidad y el cambio climático.
Entre las charlas y experiencias presentadas para mostrar cómo se puede integrar el patrimonio geológico y natural en los proyectos educativos de los centros, tuve la oportunidad de presentar el proyecto educativo GEOESKOLAK, un programa para ayudar a mejorar las habilidades del alumnado a través de la investigación y la participación activa. A continuación, intentaré resumir lo presentado en las jornadas y que da título a este artículo.

El Geoparque de la Costa Vasca es un geoparque pequeño, de 90 km2, y casi toda la población (unos 20.000) vive en las tres zonas urbanas. Allí se encuentran casi todos los centros educativos; siete de ellos (incluidos dos pequeños centros) son de Primaria, cuatro de ellos ofrecen la posibilidad de cursar la ESO, tres el Bachillerato y dos el ciclo de Formación Profesional.
La parte más conocida del Geoparque es la costa, donde se encuentran los espectaculares y tan famosos acantilados, las atractivas playas y los espacios donde habita la mayoría de la población.
Ambos espacios de Geoparkea son un escaparate excepcional para el aprovechamiento didáctico de la geología, la biodiversidad, la cultura, el patrimonio y otros recursos
Pero el Geoparque tiene otra realidad, la de montaña, más tranquila, más rural — con todos los matices que podemos hacer al término tan denostado a veces. Ambos espacios son, sin embargo, un escaparate excepcional para el aprovechamiento didáctico de la geología, la biodiversidad, la cultura, el patrimonio y otros recursos.
Y este es el proyecto GEOESKOLAK: un programa didáctico a disposición de la comunidad educativa para conocer los valores del Geoparque. Para empezar, se trabaja en las escuelas del Geoparque, pero también tiene vocación de abrirse al exterior con el potencial de estos recursos. Sus objetivos son conocer el territorio, sus elementos naturales e histórico-etnográficos, profundizar en la sensibilización para la conservación de estos recursos, desarrollar la capacidad para buscar soluciones a los problemas, promover valores y comportamientos de cuidado e interés por el patrimonio, y promover la participación crítica en la puesta en marcha de soluciones.
Y como todo esto no lo podemos hacer solos, en el camino hemos ido tejiendo alianzas imprescindibles, entre otras, con la red de centros educativos de geoparques, con expertos de las áreas de Ciencia y Didáctica de la Universidad del País Vasco, con los servicios de innovación y mejora educativa del Gobierno Vasco, o con los servicios y equipamientos educativos municipales. Así, la propuesta didáctica tiene en cuenta la experiencia anterior del alumnado, mantiene una estrecha relación con el currículo escolar, se basa en la colaboración y tiene como espejo los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En cuanto a la metodología, en una secuencia didáctica de tres sesiones, se promueve trabajar en pequeños grupos con tareas diferentes, proponiendo retos, situaciones problemáticas y situaciones ecosociales concretas. Para finalizar, se comparten los conocimientos adquiridos y se fomenta el intercambio de opiniones.
Tres pueblos, diferentes áreas de conocimiento y nivel educativo... Las combinaciones para proponer una oferta educativa son casi infinitas y es muy difícil que desde el principio todas se pongan al alcance de todos/as. Por ello, Geoparkea ha diseñado un recorrido de nueve propuestas didácticas que van desde primero de primaria hasta, al menos, una vez al año para que el alumnado de Geoparkea reciba diferentes contenidos sobre el geoparque. Y tres de ellos ya están a disposición de los colegios de Geoparkea o de cualquiera que venga de fuera, gratuitamente.
Así, analizar el flysch de Zumaia, conocer la colección de amonites gigantes descubierta en Mutriku o adentrarse en el paisaje kárstico de Lastur son algunas de las actividades que se ofrecen desde 2018. Y aunque han tenido muy buena acogida, se ha detectado, en opinión del profesorado, una brecha provocada por la necesidad de formación, las dificultades para pagar el transporte o la alta movilidad del profesorado.
Por tanto, de cara al futuro, el programa GEOESKOLAK abre un periodo de reflexión que tiene como objetivos aumentar el contacto con los centros de Geoparque, ofrecer más formación al profesorado y estudiar formas de financiación para que todos los centros puedan participar en el programa. Además, próximamente habrá nuevos equipamientos en las tres localidades para apoyar una oferta educativa más amplia, trabajar con formatos innovadores y facilitar el trabajo en red.
El reto no es pequeño; tampoco lo es el entusiasmo mostrado por la comunidad educativa del Geoparque en su viaje a Cataluña.
