Santa María de Deba: visita a la catedral vestida de iglesia

07-01-2025

Santa María de Deba: visita a la catedral vestida de iglesia

La primera vez que crucé el umbral de la iglesia de Santa María de Deba fue hace muchos años, cuando el gran Jordi Savall vino a dar un concierto dentro del programa itinerante de la Quincena Musical. Para mi sorpresa, el escenario estaba colocado en un ángulo del claustro de esta iglesia disfrazada de catedral. El contraste entre el pequeño y austero escenario y el grandioso marco que lo rodeaba era tan inabarcable como el que había entre la madera de nuestras sillas plegables y la del instrumento del virtuoso violagambista catalán.

Tras aquel memorable concierto, decidí que un día volvería a visitar este monumento con más tiempo y dedicación. Pasaron unos cuantos años, todo hay que decirlo, pero llegó el día en que me animé a realizar una visita guiada a la iglesia. El Geoparque de la Costa Vasca las organiza durante todo el año. En aquella visita aprendí que este templo de estilo gótico fue denominado Monumento Nacional el año 1931 y que es tan austero por fuera como arquitectónicamente opulento por dentro.

Lo primero que llama la atención es la espectacular portada policromada del siglo XV donde se representa la vida de la Virgen María. En la iconografía de la portada destaca el friso con imágenes de los doce apóstoles. El friso sostiene una arquivolta gótica en la que hay 38 figuras separadas por cortinillas que representan ángeles, vírgenes y mártires. El tímpano está dividido en tres partes: en la primera están representados la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento y la Epifanía; en la segunda, la Muerte y la Asunción de la Virgen; y en la tercera, la Coronación. La puerta está dividida por un parteluz, en el que se encuentra la imagen del Salvador. Todos ellos dan la bienvenida al visitante y a las personas peregrinas, ya que esta iglesia es un hito en el Camino de Santiago.

En el interior, tres grandes naves de época renacentista separadas por ocho columnas divididas en dos filas forman la estructura del edificio. Estas columnas realizadas bajo el paradigma de la arquitectura renacentista sostienen la bóveda estrellada de crucería formada por nervios y claves donde se pueden apreciar figuras geométricas o religiosas. De allí pende también la maqueta de una fragata. En las iglesias costeras era habitual colocar estas maquetas como exvotos, para dar gracias por haber salido la nave de alguna situación de gran peligro.

En la visita se pueden admirar las seis capillas barrocas dispuestas en los laterales de la iglesia, tres en el lado del Evangelio y otras tres en el lado de la Epístola. Cada capilla es un monumento en sí misma y fue construida por los nobles de la época, familias de ricos comerciantes de Deba (linajes de Irarrazabal, Sasiola, Zubelzu, Aguirre y Andonaegui) que se codeaban con la nobleza castellana y que invirtieron un gran capital en su realización. Este dinero provenía de la gran actividad del puerto de Deba como centro de embarque lanero. La capilla de los Zubelzu está considerada como una de las muestras más bellas del arte gótico en Euskal Herria. Entre otros elementos, contiene dos vidrieras con escenas referentes a la leyenda de La Hilandera, mito romántico local de la cual son protagonistas Andra Madalen y su hija Katalintxu, pertenecientes al linaje Zubelzu.

Además de los retablos y el coro , otros elementos más modernos como el órgano y las vidrieras merecen una mención especial. Las vidrieras emplomadas de la parte superior del muro sur fueron realizadas por el maestro debarra Simón Berasaluze en el siglo XX. Estas vidrieras representan temas relacionados con los oficios y la religión.

La iglesia de Santa María de Deba albergó en su interior el primer archivo de Deba. Durante la Edad Media la corporación municipal se reunía en esta iglesia y en ella guardaba toda su documentación. Se custodiaba bajo tres llaves: una estaba en manos del alcalde; la segunda, la guardaban los regidores; y la tercera, un vecino ‘honrado’. Durante nuestra visita llama poderosamente la atención una sacristía barroca de unas dimensiones considerables y que acogía las reuniones plenarias de un cabildo parroquial que, en las épocas de mayor esplendor, estaba compuesto por 16 sacerdotes.

Nos dirigimos a la puerta sur del templo donde se encuentra el claustro y que tan buenos recuerdos evoca en mí. La guía nos explica que comenzó a construirse hacia el año 1500 y es la más antigua de Gipuzkoa. Aunque condicionado por capillas, su diseño es armónico y ordenado, y siguiendo la tradición medieval simboliza la idea del Paraíso Celestial. Por tanto, la proporción entre el cuadrilátero exterior y el interior da un coeficiente 1:1.618, es decir,"proporción aúrea" o "divina proporción" (concepto geométrico que se da cuando al partir un segmento en dos partes desiguales, dividiendo el total por la parte más larga, obtenemos el mismo resultado que al dividir la más larga entre la más corta).

Lo mire por donde lo mire, ha sido una visita redonda donde he aprendido de historia, arte y cultura vasca y que me ha ofrecido una visión más profunda de un monumento aparentemente austero que guarda en su interior un precioso tesoro.

Irene Elortza Gereño

 

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